jueves, 12 de mayo de 2011

El victimismo de Juan Sevillano


Cuando nos enteramos que Juan Sevillano volvía a la campaña electoral de la mano de sus amigos González Cabañas y Pizarro, ya se nos prometía una campaña electoral en Bornos sucia y farragosa, pero cuál es nuestra sorpresa al observar, ayer, que Sevillano se presenta en un blog local como una víctima.

Dice Sevillano que la gente del PP se alegró mucho de su enfermedad y que, incluso, alguna persona fue diciendo por ahí que tenía cáncer, y que deseaba su muerte. Eso no es cierto. Las personas del PP, como cualquier ciudadano de bien, son sensibles con el tema y se compadecen de los enfermos. Todos deseábamos su recuperación y nadie se alegró con su enfermedad. Es impresionante como alguien puede hacer demagogia con su propia enfermedad. En fin, el cerebro humano da para mucho...

El problema es otro. Lo que a Sevillano no le ha gustado es que se hable de su pensión de invalidez. Según la Seguridad Social: "La invalidez Permanente es aquella que inhabilita al trabajador para la realización de todas o de las fundamentales tareas de su profesión habitual". Como su profesión habitual, si no nos equivocamos, ha sido la de alcalde durante 24 años, creo que su invalidez le inhabilita para el desempeño de nuevo de su profesión. Y eso es lo que hemos dicho.

Sr. Sevillano, usted no va a ganar las elecciones. Pero si las ganara, ¿qué iba a decirle a los ciudadanos?, ¿que ya su invalidez no era un impedimento para llevar a cabo su trabajo? Todo esto es fruto de una falta de respeto total por las prestaciones sociales y de una falta de vergüenza. Si usted ha sido declarado inválido, no puede ahora decir que no lo es y que va a trabajar, porque hay miles de personas luchando por una situación como la que usted disfruta y no la consiguen. Pero claro, por lo visto a los del "partido" (PSOE) les es muy fácil recibir prestaciones sociales (no hay nada más que irse a la prensa y buscar la palabra "ERE").

Usted no es una víctima ni nunca la ha sido. Usted, que se ha distinguido por el odio a su contrincante político y ha acusado y denunciado falsamente a muchas mujeres y hombres de bien de nuestro pueblo -simplemente por no pensar igual-, no puede ir ahora de vítcima y dando pena. Es un insulto a la inteligencia.


Editorial